Irrigar 45 mil hectáreas nuevas de cultivos en los próximos cuatro años, para que los agricultores incrementen la productividad y disminuyan los niveles de pobreza, es la meta que se ha propuesto el Gobierno.
Con ello se busca que ya “no se dependa de la agricultura temporal (la que ocurre durante el invierno), sino que se tengan dos o tres producciones al año y eso permita generar mayores ingresos, disponibilidad y acceso a alimentos”, afirmó Maynor Estrada, titular del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
En marcha Para asegurar ese objetivo e impulsar, en general, la prosperidad agrícola, ya se tienen avanzadas varias estrategias para implementar acciones integrales.
4 años es el tiempo para alcanzar la meta, según el MAGA.
Asimismo, camina un plan nacional y una política de riego con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En la misma fase se encuentra un proyecto de inversión en estructuras para llevar agua a los suelos. De tres programas de los que consta este último, uno “va a iniciar en el Corredor Seco”, explicó el funcionario.
Sumado a ello está en fase de diseño un plan de servicios financieros rurales y hace poco se comenzó un mapeo de la calidad de la tierra en el ámbito nacional.
Piden transparencia
“Son significativos estos sistemas para la producción de alimentos y seguridad alimentaria porque los pequeños productores tienen menor acceso a esa tecnología”, indicó Carla Caballeros,
directora ejecutiva de la Cámara del Agro.
“Lo importante es que el programa responda a lineamientos técnicos, se enfoque al pequeño productor, tenga los mecanismos de control, sea transparente y no se le dé un uso clientelar”, remarcó Caballeros.
También, tiene que ir acompañado de capacitación para que los agricultores hagan un uso eficiente del recurso hídrico, concluyó.