Licda. Melannie Solares
Especialista en Gestión de Procesos
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En el siglo XXI, la participación activa de las mujeres en la administración pública ha experimentado un crecimiento significativo. Aunque los avances son evidentes, persisten desafíos que demandan una reflexión profunda y acciones decididas para consolidar el papel de la mujer en este ámbito.
En este contexto, se destaca la imperiosa necesidad de que las mujeres ejerzan liderazgo en la administración pública, contribuyendo no solo a la igualdad de género, sino también a la mejora sustancial de la toma de decisiones y la eficacia de las instituciones públicas.
El liderazgo femenino en la administración pública no es simplemente una cuestión de equidad, sino una estrategia crucial para construir sociedades más justas y equitativas.
El liderazgo femenino en la administración pública no es simplemente una cuestión de equidad, sino una estrategia crucial.
Las mujeres aportan perspectivas únicas y valiosas, así como habilidades de gestión que han demostrado ser fundamentales en la consecución de objetivos comunes.
La diversidad de pensamientos y enfoques es esencial para abordar la complejidad de los desafíos contemporáneos, y la inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo en la administración pública es un paso clave hacia la construcción de sociedades más resilientes y sostenibles.
No obstante, debemos comprender que las sociedades evolucionan y de la misma forma en que estas lo hacen; el liderazgo de la mujer dentro de la administración pública debe evolucionar.
Esto quiere decir, que las mujeres en puestos de liderazgo deben asumir un nuevo rol al simple papel de jefatura que se ha venido llevando a cabo en las últimas décadas; no por la necesidad de ser diferentes, sino por la búsqueda de formar figuras que sean de ejemplo para las futuras generaciones; puesto que, de no ser así, el cambio permanecerá invisible.
Esto conlleva a que las mujeres en la administración pública tienen una llamada a ejercer liderazgos, ya sea formal e informal, que asuman retos y responsabilidades con el fin de ayudar a otros a desarrollar todo su potencial y a que estos alcancen objetivos; motivando a su personal para que comprendan que el cambio es la norma y no la excepción; ayudando a conectar al personal con el sentido de pertenencia a la institución y de manera excepcional fomentando que el servicio público no es nada más que la búsqueda de la generación de valor público.