”Regresamos al concierto de las naciones”, concluye uno de los expertos que, a petición del Diario de Centro América (DCA), evaluó la gira de trabajo que el presidente Bernardo Arévalo realizó por cinco naciones del Viejo Continente, la semana recién pasada.
Los analistas, que juzgan de exitoso el periplo, concuerdan en por lo menos tres aspectos: los apoyos políticos y en materia de cooperación alcanzados, la consolidación de las relaciones bilaterales y multilaterales con Europa y organismos internacionales y la fehaciente demostración de que en Guatemala renació la democracia.
Otro aspecto destacado por los especialistas es el hecho de que el jefe de Estado es visto como el legítimo representante del pueblo, a quien se le reconoce por promover un gobierno inclusivo, que respeta los derechos humanos y garantiza la libertad de expresión. Pero más allá de las percepciones, quienes recibieron al gobernante guatemalteco alaban su férrea lucha contra la corrupción y su empeño por devolver la institucionalidad en las dependencias oficiales y de impulsar la decencia en las entidades que reciben fondos públicos.
En su recorrido, el gobernante fue recibido por líderes políticos mundiales como el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el rey Felipe VI de España y altas autoridades de entidades de la Organización de las Naciones Unidas. Además, ofreció un discurso en la Conferencia de Seguridad Mundial, desarrollada en Múnich, Alemania, y se dirigió a 250 presidentes de las empresas más importantes de Latinoamérica.
Además de la suscripción de acuerdos comerciales y de turismo, la guinda del pastel la constituyó su encuentro con el máximo directivo del Comité Olímpico Internacional (COI), con quien avanzó en el próximo retorno del país a esta organización, lo que permitiría que los atletas nacionales compitan con sus plenos derechos en las justas previstas para julio y agosto próximos, acto que sumará a la dignificación de un pueblo que resurge como el ave fénix.