SELVIN CARPIO
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Paul Cézan – ne fue un pintor francés postimpresionista, considerado el padre de la pintura moderna, sus obras establecieron las bases de la transición entre la pintura característica que realzaba los ideales de La Ilustración, hacia el mundo moderno del siglo XX.
Pintaba la naturaleza tal y como se presentaba ante sus ojos y sin una afectación en el estilo, cada paisaje era objeto de una pintura. En un viaje a Roma hace algunos años, abrumado de arte por doquier, ya que lo que vende la Ciudad Eterna es su cultura desbordante y todo es promocionado, el famoso merchandising cultural europeo.
Llamó mi atención una imagen en los pasillos del aeropuerto Fiumicino, era una fotografía maximizada y convertida en valla de una pintura de un paisaje toscano que su título rezaba: “Paisajes De Bergler”, realzando así una obra del célebre pintor italiano: Ettore de Maria de Bergler, contemporáneo y fiel al estilo modernista de Cézanne.
”Inmortalizaron paisajes no solo del Altiplano de San Marcos, sino de todo el Altiplano nacional“
Años más tarde me enteré de que en una carretera de la costa del Mediterráneo Francés, existían vallas intituladas: “Paisajes de Cézanne”, es decir, los paisajes que Cézanne pintó tenían un cartel descriptivo en la carretera de lo que se presentaba ante los ojos del visitante.
Cuestionándome por qué en Guatemala, teniendo pintores de alto nivel, que transmiten la naturaleza a través del lienzo, no se promocionan sus obras, inclusive en los lugares característicos que han pintado. Tal es el caso de Los Mazariegos, pintores marquenses que inmortalizaron paisajes no solo del Altiplano de San Marcos, sino de todo el Altiplano nacional.
Es justo mencionar que han existido tres: don Jorge de Jesús Mazariegos Maldonado, el padre, don Jorge Mazariegos Rodríguez hijo, quien en sus obras no solo pintó el paisaje, sino que también las cualidades, costumbres y modo de vida de sus habitantes. Es reconocido internacionalmente, ha obtenido innumerables premios y sus obras están en colecciones privadas alrededor del mundo.
Y finalmente Jorge Mazariegos Maldonado, nieto y con quien tuve el privilegio de compartir aulas y una amistad de cuarenta años. Educado académicamente en nuestro país y en Europa, reconocido internacionalmente, así como también dedicado a la docencia artística, ha incursionado en otros estilos y tendencias, pero eso no ha impedido que en el catálogo de su extensa obra no cuente con paisajes.
Muchos de esos paisajes plasmados hace décadas en las pinturas de Los Mazariegos, ya no son los mismos y difieren visualmente con la realidad actual, ya que el avance de la frontera agrícola y el urbanismo, han robado su magia y esa mística del paisaje rural. Quedan únicamente las obras de estos pintores como aporte de su arte y el reconocimiento del Altiplano más allá de nuestras fronteras, debiéndoles a ellos eso sí, la valla en la carretera, a manera de título de su obra.