”Juntos todo es posible”, es una frase muy arraigada entre los guatemaltecos. El enunciado se ajusta a lo vivido en Guatemala en los últimos dos días, cuando un feroz incendio consumió más de 50 hectáreas y arrasó con la flora y fauna en el volcán de Agua, Sacatepéquez.
La magnitud del evento se vio empequeñecida ante la solidaridad manifiesta de los connacionales, quienes inmediatamente tendieron su mano a los compatriotas afectados y salieron en defensa de los recursos naturales del país, aunque, como fue en realidad, este acto de valentía implicara arriesgar la vida, como lo evidencian las fotografías de quienes debieron ser atendidos tras el esfuerzo realizado.
Lo cierto es que 48 horas después del acontecimiento, la intensidad de las llamas comenzó a descender y la tranquilidad volvió al lugar, gracias al accionar de socorristas, rescatistas, voluntarios y representantes de instituciones públicas y privadas. Para todos ellos, vaya un saludo respetuoso y un reconocimiento.
Como todo contratiempo, este deja lecciones, en especial, en lo relativo a campañas de concienciación que permitan que los ciudadanos reciban mensajes claros y contundentes en torno a la conveniencia de evitar las rozas o denunciar los incendios provocados. Afortunadamente, en esta ocasión no se reportan víctimas ni tampoco existen poblaciones en riesgo, lo cual alivia.
No obstante, sería incorrecto cantar victoria, sobre todo cuando somos una nación susceptible a estas situaciones, lo cual se evidencia con las más de 15 quemas que se contabilizan en el territorio nacional, aunque todas están bajo control, como lo informó anoche la presidenta en funciones, Karin Herrera, quien junto a Bernardo Arévalo lideraron esta batalla.
“Unirse es el comienzo; estar juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito”, escribió el expresidente Henry Ford, sin pensar que con sus palabras describiría a los guatemaltecos.