Los resultados están a la vista: 182 extorsionistas capturados de enero a la fecha. Dichos registros, producto de una labor estratégicamente coordinada, representan un alivio para ciudadanos y empresarios que invierten esfuerzos y recursos para contribuir en el crecimiento económico del país.
El combate inflexible y certero emprendido desde el Ministerio de Gobernación (Mingob) es una muestra del interés del Gobierno para construir una nación donde prime el Estado de derecho y la seguridad de las personas.
El más reciente golpe a estas estructuras del mal se ejecutó ayer, mediante un megaoperativo que incluyó 8 departamentos, el cual culminó con la detención de 43 presuntos chantajistas, quienes fueron sometidos y conducidos a los tribunales de justicia, con el objetivo de que asuman las consecuencias de sus actos criminales.
Como lo advirtió el ministro del Interior, Francisco Jiménez, en un texto de su red social X: “Hoy, miles de familias dejarán de recibir llamadas de extorsión”, un hecho que se dice fácil, aunque tiene una trascendencia invaluable porque tiene que ver con la tranquilidad de connacionales que son amenazados por el simple hecho de ser ejemplo de productividad y éxito.
Adicionalmente, al éxito que implica la detención de estos supuestos forajidos, los 56 allanamientos ejecutados ayer permitieron la recolección de información que sustentará investigaciones en curso, que terminarán con la identificación y ubicación de más sospechosos.
Ser firmes en la aplicación de la ley, retomar el control de las calles y trabajar para que los
guatemaltecos vivan en paz, es la instrucción girada por el presidente Bernardo Arévalo y la vicemandataria Karin Herrera a las autoridades del Mingob, quienes en menos de 40 días de gestión han evidenciado que se puede ganar la batalla contra las maras, siempre y cuando se cuente con equipos disciplinados, valientes y, sobre todo, comprometidos con la edificación de un Estado en el que la seguridad democrática sea la regla y no la excepción.