Dr. Jorge Antonio Ortega Gaytán
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La aproximación a la conquista de los hispánicos involucra un sinfín de factores, y uno de ellos es el militar que fue determinante para consolidar el ejercicio del poder y la toma del terreno como un derecho divino de los reyes con el consentimiento estrecho de la Corte Pontificia de Roma.
Es por lo anterior que se hace necesario un acercamiento para pretender conocer el plan de operaciones de los conquistadores a 500 años de realizadas las maniobras de aproximación y penetración en el territorio y las batallas militares, del uso del terreno, dispositivo, composición y fuerzas en confrontación, además del orden de batalla.
Hernán Cortés organizó dos expediciones a Centroamérica, una al mando de Cristóbal de Olid, destinada a Honduras vía marítima, y la del 6 de diciembre de 1523 al mando de Pedro de Alvarado a conquistar los reinos de Goathemala. El primer combate en el territorio a conquistar se dio en Tonalá, en el cual los expedicionarios salieron victoriosos. El avance de la expedición fue hostil desde su ingreso al territorio, con encuentros fortuitos y emboscadas. Luego se dieron las batallas en las márgenes del río Tilapa y río Salamá. Después se dio la batalla de Xetulul, posición estratégica que se convirtió en el cuartel general de las subsiguientes operaciones militares.
Siguiendo el plan ofensivo de Alvarado, se dio la batalla de Olintepec. La segunda batalla se dio en las Llanuras del Pino (Quezaltenango). Luego de la derrota, los principales de Quiché optaron por el engaño e invitaron a las huestes españolas a ingresar a Utatlán para pactar una paz (fingida); el plan era quemar a los conquistadores aposentados en la ciudad quichelense (fracasó por infidencias). En los primeros días de abril de 1524 los principales de Quiché fueron quemados vivos y la ciudad fue arrasada, según las cartas de relación de Pedro de Alvarado a Hernán Cortés.
La victoria anterior les permitió a los castellanos avanzar hacia Tecpán, Iximché, que fue tomada por los españoles sin mayor resistencia; los cakchiqueles solicitaron someter a los zutuhiles, con quienes tenían revalidad. Los combates fueron cruentos y derrotaron a los súbditos del rey Tepepul. La victoria de los hispánicos provocó que los pueblos de la costa y descendientes de los pipiles se doblegaran a los conquistadores para evitar mayor derramamiento de sangre.
En los primeros días de julio de 1525 se inició la segunda campaña militar al mando de Gonzalo de Alvarado, con el objetivo de tomar Zaculeo; salió de Santiago de Goathemala con un contingente de 2420 elementos (infantería, caballería, zapadores, indígenas aliados de los españoles) el eje de avance llegó a Totonicapán, luego Momostenango en dirección a Zaculeu; Pueblo Viejo Malacatán fue la primera ciudad organizada para la defensa, y evitaron la llegada de los invasores a la capital del reino Man bajo las órdenes del rey Kaibil Balam; luego de varios combates desfavorables a los hispánicos, optaron por sitiar la plaza fortaleza de Zaculeo, la conquista se consolidó en octubre 1525. El final de la tercera campaña militar al mando de Francisco Castellanos en Uspantán y pueblos Ixiles se da en 1530.
La expedición de Alvarado desde la óptica militar permite un análisis con base en la táctica utilizada por los ejércitos europeos del siglo XVI y contrasta con la teoría de la táctica actual, debido a que el terreno es el mismo y se logran extrapolar los ejes de avance, las armas utilizadas, las maniobras, la disposición de las unidades, errores en la conducción de las unidades verificando la ejecución de los principios de la guerra que se aplicaron en la conquista del territorio de lo que hoy constituye la república de Guatemala.
El conocimiento del pasado permite entender el presente y proyectarnos al porvenir, sin miedo a la incertidumbre del futuro.