Patricia Orantes Alarcón
Scheinsohn (2011) observa que la comunicación humana constituye un eficaz ejercicio para un mejor entendimiento y abordaje operacional de los fenómenos comunicacionales corporativos.
Para una persona, la comunicación es una actividad corriente. Según algunos estudios, una persona promedio ocupa el 70 por ciento de sus horas activas en comunicación en el siguiente orden: a) hablando o escuchando, y b) leyendo o escribiendo (Berlo, 1988).
Todos saben que la comunicación es una actividad necesaria e ineludible. La concepción de comunicación está profundamente influida por los postulados del Mental Research Institute (MRI), de Palo Alto, California, citado por Scheinsohn, entendiéndose que: la comunicación es una condición sine qua non de la vida humana y el orden social.
De acuerdo con Rizo, la escuela de Palo Alto da mucha importancia al receptor porque desempeña una función tan importante como la del emisor basándose en tres hipótesis: a) La esencia de la comunicación reside en procesos de relación e interacción.
Los conceptos del MRI se refieren entonces al estudio de las manifestaciones observables de la relación, de las cuales el vehículo es la comunicación en sí.
b) Todo comportamiento humano tiene un valor comunicativo según la sucesión de los mensajes reubicados en el contexto horizontal (la secuencia de los mensajes sucesivos) y en el contexto vertical (la relación entre los elementos y el sistema) siendo así posible extraer una lógica de la comunicación.
c) Los trastornos psíquicos reflejan perturbaciones de la comunicación entre el individuo, portador del síntoma, y sus allegados.
La Escuela de Palo Alto se centra en la interacción humana, no como lo hacían los modelos de la Mass Comunication Research, en las condiciones ideales de comunicación, sino en el estudio de aquello que efectivamente ocurre y se da de un hecho en la comunicación.
Al igual que ocurre en la semiótica, el estudio de la comunicación humana puede ser subdivida en tres áreas: a) Sintáctica, b) Semántica, y, c) Pragmática.
Scheinsohn (2011) también plantea que las palabras que están particularmente al servicio de la sintáctica y la semántica no son los únicos datos relevantes para la pragmática, ya que esta considera el impacto que ejercen sobre la conducta otros elementos como los emergentes no verbales (gestos, tonos de voz o el lenguaje corporal) y el contexto en el que ocurre la comunicación.
Agrega que la Escuela de Palo Alto plantea un axioma importante para fundamentar los postulados básicos de la comunicación estratégica, porque se parte de él cuando se afirma que las organizaciones comunican tanto si se lo proponen como si no y se trata de comunicar bien o mal.
El axioma exploratorio, que es la puntuación y secuencia de los hechos, se refiere al intercambio de mensajes que sucede entre los comunicantes. Si se observa el desarrollo de una comunicación, se puede definir como una secuencia dinámica e ininterrumpida de intercambios. Pero las personas participantes en esa interacción introducen la puntuación de la secuencia de los hechos, la que determina las conductas. Los hechos comunicaciones son organizados de determinada manera (Scheinsohn, 2011).
La organización de esta secuencia depende mucho de quién es el que la efectúa; es posible que el suceso que se ha definido como el principio de una comunicación no sea el mismo que ha definido otra persona. Lo relevante radica que en que este elemento es tomado como causa (el supuesto desencadenante de determinado evento que ocurre a consecuencia de este). El desacuerdo entre personas en la puntuación de una secuencia de hechos es la causa de innumerables conflictos interacciónales.
Los modelos de pensamiento preparan para ver un principio y un fin, una causa y un efecto, un emisor y un receptor; pero la comunicación no es lineal, sino circular (Scheinsohn, 2011).