Guillermo Monsanto
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Apuntaba la semana pasada que su relación con la Escuela Nacional de Artes Plásticas le hizo explorar otra figuración más contemporánea. Con esta producción se sumó a las propuestas de la Generación del 40, especialmente con la destacada serie de las Hermosas, que a su vez brindaron un contingente considerable de abstracciones femeninas tituladas En la playa, En el césped, En el bosque, De pie (o Reclinada), Erecta de pie, solo para mencionar algunas.
El aporte sintético en este lapso es interesante ya que denota su comprensión de la anatomía humana interviniéndola sin que esta perdiera sus valores formales. Desde allí que sus volúmenes comenzaron a revelar lo básico mientras eliminaba todos los detalles superfluos. Su estatuaria doméstica constituye, entonces, otro imaginario que se suma a lo establecido por Dagoberto Vásquez, Roberto González Goyri, Miguel Alzamora o Guillermo Grajeda Mena. Su labor en esta etapa reluce también por la intención geométrica.
Algunas formas las cierra con elementos triangulares que funcionan como puntos de fuga. Este tipo de trabajo es, quizás, el más abstracto dentro de su repertorio. Varias esculturas fueron trasladadas a cemento sin perder su característica doméstica. En algunos casos, hacia los años sesenta, fueron recubiertas con diferentes tipos de mosaico.
Rendir un merecido homenaje a tan gran artista.
Este género de trabajos, finalmente, fue traducido a otra escala para integrarla a edificaciones habitacionales más modernistas desarrolladas a la par de la erección del Centro Cívico. Sin embargo y pese al éxito de este tipo de expresiones, es en lo conmemorativo y lo monumental en donde pueden identificarse más obras de Galeotti.
Es el artista guatemalteco con más obra pública de la República. En este rubro pueden identificarse los bustos de diferentes protagonistas como los retratos de Pablo Fuchs (tres versiones en bronce), Miguel Idígoras Fuentes, Samuel Franco, Carlos Claveríe, Lázaro Chacón, Baudilio Palma, los fundadores de Prensa Libre, Julio César Méndez Montenegro, entre un nutrido grupo de nombres más.
A los listados suman las estatuas de personajes emblemáticos de la historia de Guatemala como Dolores Bedoya de Molina, Atanasio Tzul, Tecún Umán y otras personalidades distribuidas a lo largo del territorio nacional. En la capital destacan el Juego de pelota frente al Banco Industrial; el Papa Juan Pablo II, al final de la Avenida de las Américas; el relieve de la Universidad Popular y el Indígena con mecapal, en el mismo lugar, entre muchos otros.
Parafraseando a Juan Antonio Franco, Galeotti posee el gran mérito de ser el único artista plástico de renombre que vivió exclusivamente de su oficio (coincidencia que compartió con Humberto Garavito). Siguiendo la misma fuente, “pase lo que pase, el dicharachero, bromista y molestón del Nito Galeotti, tiene ya ganado su hogar en la historia de nuestras artes…” Cierro este pequeño texto con la idea de rendir un merecido homenaje a este gran hombre. Un artista que perteneció y fluyó en distintos momentos y movimientos creativos.