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A 12 segundos del final, cuando el empate parecía el destino irremediable del partido, Antoine Griezmann se inventó un pase, Memphis Depay apareció entre dos defensas y el Atlético de Madrid salió vencedor de un enredo contra el Rayo Vallecano, entre las protestas y la expulsión de Francisco Rodríguez por sus reclamaciones por falta previa del internacional francés.
Un alivio para el Atlético, que sorteó el fiasco de quedarse fuera definitivamente de LaLiga. Se quitó un peso de encima, porque se sintió inquieto todo el encuentro, con el miedo en el cuerpo en cada acercamiento del Rayo por momentos, a ratos entre la bronca de un sector de su propio público, lejos de su versión rotunda del Metropolitano, donde la racha sigue: 28 choques seguidos invicto en su campo, 26 de ellos con victoria.
Y un alivio para Simeone, que, de repente, se olvidó del partido a partido, prescindió de casi todo su once tipo y pensó más en próximos desafíos que en el inmediato para recurrir finalmente a Griezmann, Koke, De Paul y Lino y salvar un duelo decisivo al filo de la caída.