El Palacio Nacional de la Cultura oculta a simple vista varios detalles que han pasado a formar parte de la historia del arte guatemalteco; entre ellos, se puede mencionar La huella dactilar de Jorge Ubico.
Al abrir la puerta de cualquier oficina, el pulgar del expresidente se ensambla con el de la persona que accede a la habitación. Los vestigios del exgobernante se pueden observar en las manijas de las puertas.
Estos son considerados como un detalle único, ya que revelan a una figura pragmática, valiente, segura y trabajadora, algunas características con las que es descrito al exmandatario. Para elaborar estas piezas, se tuvo que realizar una impresión de los dedos en arcilla.
Se trabajó un positivo en cera, que luego se cubrió con barro refractario, y después se metió en el horno.
Una vez derretida la capa, se vertió el bronce líquido en el interior del molde de barro. Esta técnica es llamada proceso de cera perdida y, al tratarse del tamaño de las copias, fue un trabajo minucioso. Aunque, hay hipótesis de que esta no es exactamente la marca dactilar del militar, sino solo un simbolismo o una alusión que reflejan datos de la personalidad de Ubico.