La Hidroeléctrica Jurún Marinalá, que opera desde 1970, es una joya de la ingeniería. Está ubicada en Agua Blanca, en la finca El Salto, Escuintla.
Tiene una capacidad para generar 60 MW, cuenta con un embalse de regulación, túnel y tubería de presión. Cada una de sus tres unidades generadoras tipo Pelton aportan 20 MW, que marcan un hito en el panorama energético.
Su origen se remonta a 1953, pero la construcción quedó en suspenso hasta 1967. En el gobierno de Julio César Méndez Montenegro se retomaron los trabajos, que se confiaron a la empresa suiza Nat Harrison Associates, Inc.
La inauguración marcó un punto de partida en la mejora del suministro eléctrico para el comercio e industria en el departamento de Guatemala, alimentando a la Empresa Eléctrica.
Su fuente de agua es el lago de Amatitlán. La presa de Palín y el Río Michatoya facilitan el flujo hacia la casa de máquinas.
Desde la central de Palín, el río serpentea hasta Jurún, donde la presa reguladora y la toma son puntos cruciales. Desarenadores, embalses y túneles conducen el agua a la tubería forzada.
La presa, un túnel y una tubería de presión, con 660 metros de caída bruta, potencian su capacidad de generación. La construcción planificada, al inicio, era de Q16.4 millones. En 2012, el Colegio de Ingenieros de Guatemala la declaró Obra Emblemática de la Ingeniería.
Inicialmente, el proyecto cubriría los departamentos de Guatemala, Sacatepéquez y Escuintla, aunque el beneficio se ha ampliado, gracias a la gestión del Instituto Nacional de Electrificación (INDE).