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El Gobierno chino asignó 200 millones de yuanes (US $28 millones) para ayudar en las tareas de rescate y auxilio, tras el terremoto que sacudió la noche del lunes las provincias de Gansu y Qinghai, y dejó al menos 116 fallecidos, informaron los ministerios de Gestión de Emergencias y de Finanzas.
Además, 200 personas resultaron heridas por el sismo de 6.2 grados de magnitud, el cual tuvo su epicentro en la frontera entre las provincias de Gansu y Qinghai, a diez kilómetros de profundidad, de acuerdo con el Centro de Redes Sismológicas de China. El Organismo Ejecutivo decretó una respuesta de nivel II al siniestro, y envió a 1440 bomberos para apoyar a los 1603 socorristas locales.
El presidente, Xi Jinping, urgió a no escatimar esfuerzos en las tareas de búsqueda y rescate, así como en la atención humanitaria. Adicionalmente, otro movimiento sísmico, de magnitud 5.5, se registró en Xinjiang, en el noroeste del país, sin que todavía se haya informado de más damnificados.
El oeste de China (donde se encuentran las regiones autónomas del Tíbet y Xinjiang y provincias como Gansu o Qinghai) sufre con frecuencia terremotos, debido a que se encuentra cerca del lugar donde friccionan las placas tectónicas de Asia e India, en el Himalaya.