El más reciente reporte emitido por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), en relación con el programa Bono Social, advierte que de enero a noviembre de 2023 la cartera ha atendido a 78 224 familias, mediante la inversión de Q264.4 millones.
Para dimensionar la trascendencia del proyecto, conviene precisar las condiciones y objetivos del subsidio. El referido aporte está destinado a “incentivar la asistencia de menores a servicios de salud y educación, con el fin de contribuir con el desarrollo integral de la niñez y juventud, que viven en pobreza y pobreza extrema”.
Adicionalmente, la iniciativa forma parte de la Estrategia Nacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica, que impulsa el Organismo Ejecutivo. De esa cuenta, los padres que deseen integrarse al plan deben asumir compromisos ineludibles. En materia administrativa, firman la Carta de Aceptación de Ingreso y completan el expediente respectivo.
Sin embargo, la esencia de las cláusulas demanda que las niñas y niños de 0 a 6 años y mujeres embarazadas asistan a los centros de atención del Ministerio de Salud Pública, mientras que quienes están entre 6 y 15 años se inscribirán y llegarán a los establecimientos escolares públicos durante el ciclo lectivo correspondiente.
A cambio, los progenitores reciben transferencias de Q300 y Q500, periódicamente, para que cubran algunas necesidades básicas del hogar.
En junio pasado, el presidente Alejandro Giammattei comunicó que de 2020 a 2022, el Organismo Ejecutivo había alcanzado a 384 732 viviendas, mediante la ejecución de Q1.1 millardos.
El mandatario explicó que dicho apoyo surge en el marco del eje de Desarrollo Social, de la Política General de Gobierno 2020-2024, que atiende de manera directa y efectiva a los más pobres, mediante compensadores efectivos y focalizados que, además, contribuyen a erradicar flagelos históricos como deserción escolar y hambrunas.