Sofía Salas Ibarra
Profesora Titular
Centro de Bioética
Facultad de Medicina
Durante estas semanas de legítima alegría para todos, el deporte nos ha mostrado lo mucho que tiene que decir a la sociedad que estamos construyendo. Escribo esta columna al término de la principal fiesta deportiva del país (Chile).
Aunque parezca obvio, el deporte practicado de manera correcta, siguiendo los reglamentos propios de cada disciplina, enseña valores, tales como el trabajo en equipo, el juego limpio, la responsabilidad, el superar la adversidad, entre muchos otros. Estos, como lo hemos visto en la asistencia masiva a los recintos deportivos, logran traspasarse, aunque sea de manera momentánea, a la sociedad.
Hemos sentido legítimo orgullo y emoción al escuchar el himno nacional, coreado con tanto respeto por deportistas y público. A su vez, los asistentes, de distintas edades y lugar de origen, han estado a la altura de la fiesta; han sido respetuosos con el adversario, han cuidado las instalaciones y agradecido el apoyo de tantos miles de voluntarios que han colaborado en las distintas etapas del proceso.
Quisiera hacer un ”zoom“ a ciertos hechos que me parecen aún más relevantes que el
número de medallas conseguidas o las marcas logradas en estos juegos.
Desde mi mirada particular, quisiera hacer un “zoom” a ciertos hechos que me parecen aún más relevantes que el número de medallas conseguidas o las marcas logradas en estos juegos.
En primer lugar, cabe destacar el valor que se le asignó, desde el primer día, a las personas de mayor edad. Un ejemplo de esto es Lucy López, exatleta de 93 años, encendiendo la antorcha olímpica; ella fue la primera chilena en obtener una medalla en los Panamericanos de 1951 y formó a muchas generaciones de atletas en el colegio Villa María.
Ejemplo también de lo que pueden aportar las y los atletas mayores fue la participación de Tania Zeng, tenimesista china nacionalizada chilena, quien es la atleta más longeva en tener una medalla en estos juegos. Mención aparte es Pedro Carcuro, quien a sus 78 años sigue transmitiendo con pasión estos encuentros. En segundo lugar, cabe señalar la historia de esfuerzo, a veces heroico, que hay detrás de muchos de estos deportistas.
Mencionaré solo dos. Hugo Catrileo, medallista de plata en la maratón, de origen mapuche y de Nueva Imperial, es un ejemplo de esfuerzo y superación, pero también de una sana ambición de querer ser deportista. Conmueve también la historia de Santiago Ford, de origen cubano y medallista de oro en decatlón, quien quiso terminar su carrera caminando, en recuerdo de la travesía a pie que hizo para llegar a nuestro país.
Continuará…