Tomás Villarroel
Facultad de Artes Liberales
Universidad Adolfo Ibáñez
El problema reside en la así llamada “permisología”, siendo el talón de Aquiles no tanto el hecho de que se rescaten vestigios arqueológicos en sí, sino los excesivos tiempos de tramitación que tiene el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).
La inflacionaria burocratización y la lentitud de los procedimientos formales ordenados por las reparticiones estatales muchas veces hacen que esto acabe en constructos de corte kafkiano. Entre el presupuesto de un arqueólogo, la solicitud para la realización de pozos, la ejecución de los trabajos, otros informes para determinar si hay más hallazgos y la respectiva aprobación del CMN y finalmente la autorización de los rescates, pasa un año y medio e incluso mucho más tiempo.
Urge acortar los plazos en los procedimientos, aclarar los equívocos conceptuales.
En los peores casos, la ralentización es tal que, como en el caso del Hospital del Salvador, los equipos médicos adquiridos quedaron obsoletos, debiendo ser reemplazados por tecnologías médicas más avanzadas. Esto significa que se hizo un doble gasto para el mismo fin, es decir, que injustificadamente se despilfarraron recursos públicos, toda vez que como es conocido en Chile los recursos del Estado son escasos, y las necesidades sociales, urgentes. Dicho con otras palabras, la pérdida es doble: para el Estado que dilapida sus recursos, pero también para los vecinos que no cuentan a tiempo con la obra que mejora su calidad de vida.
No se trata de sacrificar la investigación sobre vestigios materiales del pasado en el altar de la modernidad, pero sí de una política pública que sea eficiente y que, al revés, no sacrifique el bienestar de la población chilena, especialmente de aquellos que más la necesitan. Por eso, urge acortar los plazos en los procedimientos, aclarar los equívocos conceptuales entre “arqueológico” y “paleontológico” (que quizá tiene menos valor tangible), y descentralizar al CMN, de manera que las decisiones se tomen con más agilidad en los órganos regionales del CMN, es decir, en las mismas regiones.