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El expresidente Donald Trump volvió ayer al Juzgado de Nueva York en el segundo día del juicio por fraude empresarial en la Organización Trump, acompañado de su hijo Eric, que también es uno de los acusados, tras haberse presentado voluntariamente ayer en la apertura.
Trump, vestido con traje de chaqueta azul marino, entró en la sala con semblante serio y se sentó a la mesa principal frente al juez con su equipo de defensa, unos metros por delante de la fiscal Letitia James, impulsora del caso, que observaba desde la primera fila de la bancada en el extremo opuesto a Eric.
Según los medios acreditados en la sala, Trump se detuvo a las puertas brevemente y de nuevo arremetió contra el proceso judicial, que consideró un “engaño”, y contra la fiscal, a la que llamó “incompetente” y acusó de usar“cifras fraudulentas” en su contra, en lugar de combatir la criminalidad en la región.