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El Inter de Milán, vigente subcampeón de Europa, estrenó su casillero de victorias en la presente edición de la Liga de Campeones, luego de imponerse ayer por 1-0 al Benfica, en un duelo de estilos en el que los nerazzurri impusieron su gusto por el vértigo y la velocidad.
Y es que si los de Simone Inzaghi demostraron desde el primer momento su decidida apuesta por un juego directo que les permite llegar al área contraria con apenas 3 o 4 pases, los del alemán Roger Smith no renunciaron al elaborado juego que ya convirtió al Benfica el pasado curso en uno de los equipos más atractivos de la competición.
De hecho, el conjunto lisboeta no dudó en renunciar a la presencia de un nueve puro para dar la mayor movilidad posible a un ataque en el que volvió a jugar, de nuevo, un papel fundamental el veterano argentino Ángel Di María.
Si el Benfica no contó con un delantero centro al uso, el Inter sí lo hizo con un uno, el argentino Lautaro Martínez, que llegaba a la cita luego de anotar el domingo recién pasado 4 goles a la Salernitana en tan solo 35 minutos.