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El Génova abusó ayer de las numerosas concesiones defensivas de la Roma para golear (4-1) al equipo que dirige el luso José Mourinho, tocado luego de un inicio de temporada paupérrimo en el que solo ha ganado un partido de los seis disputados y en el que no ha sido capaz de encontrar soluciones en ataque.
La Loba ha perdido una de las claves del año pasado, uno de los pilares en los que basó el éxito en Europa y que esta temporada se está convirtiendo en su peor pesadilla.
Es la segunda peor defensa de la máxima categoría italiana con 11 tantos permitidos, solo superada por los 13 del Empoli. Y en ataque, los problemas se mantienen. Dybala está muy solo y son pocas las soluciones. Tanto que en estas jornadas ha sido Cristante el jugador más determinante en los
metros finales.
El choque contra el Empoli, un 7-0 balsámico, no fue más que un espejismo irreal de lo que es el inicio de los giallorossi. En Génova, la Roma salió humillada por un recién ascendido que sacó las vergüenzas de los capitalinos desde el primer momento.