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El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó ayer que está “todo normal” en la frontera Comalapa, en el límite de México con Guatemala, tras la irrupción de un grupo vinculado con el Cártel de Sinaloa que provocó una alarma binacional.
“Todo normal, ya se quitaron todos los bloqueos, esto es lo que tenemos ahora, pero yo conozco muy bien allá y conozco a la gente, y sé que van a ayudarnos en todo, que están con nosotros, se los puedo garantizar”, sostuvo ayer el mandatario en su rueda de prensa diaria.
La controversia comenzó el viernes, cuando se viralizó un video en el que pobladores de Chiapas, estado de la frontera sur, se reunieron en la Carretera Panamericana para aplaudir a un grupo identificado con el Cártel de Sinaloa por liberar los caminos del municipio Frontera Comalapa que la banda criminal había bloqueado.
Tras los hechos, México mandó a la zona 800 elementos de la Guardia Nacional, del Ejército y de la policía estatal. “Ya está allá la Guardia Nacional, se está procurando que se establezca la vigilancia para que se restablezca el servicio de energía eléctrica, que puedan entrar los técnicos”, refirió López Obrador.
Los hechos reflejan que la violencia del crimen organizado se ha recrudecido este año en Chiapas, donde los pueblos originarios han advertido de una “guerra civil” en medio de la disputa del Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), dos de los más poderosos del país azteca. Las imágenes de habitantes que defienden a dichos movimientos delictivos han despertado preocupación sobre la base social del narcotráfico, pero el gobernante desestimó tal apoyo.