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El Barcelona ha disminuido en Palma la velocidad de crucero que llevaba en la Liga con cinco victorias seguidas y se ha tenido que conformar con el segundo empate (2-2) de la temporada (el primero fue en Getafe) contra un Mallorca que suma un punto valioso en Son Moix, teniendo en cuenta que lo ha conquistado frente al líder invicto del campeonato.
El equipo del mexicano Javier Aguirre sigue sin celebrar un triunfo en su campo, pero, al menos, mejoró a los ojos de su afición exhibiendo ímpetu y garra ante un rival poderoso.
Fue un monólogo del conjunto catalán durante muchas fases del choque. Pero de eso ya estaba advertido su técnico Xavi Hernández. Tocaba remar, madurar el choque hasta asestar el golpe definitivo. No hubo premio porque los bermellones se aplicaron en defensa y resistieron el acoso.
Tienen mérito las tablas con el Barsa, el equipo más resolutivo en ataque con 18 goles a favor en las 7 jornadas disputadas.
El Mallorca se saltó el guion previsto en el inicio del choque. Impuso un ritmo muy alto, presionó hasta que las fuerzas fueron remitiendo y marcó en el minuto 7, con un gol del kosovar Vedat Muriqi, aprovechando el primero de los dos errores cometidos por la defensa del Barsa en el primer
período. Ambos subieron al marcador.
En el segundo fallo, también con Ter Stegen como protagonista, esta vez junto a Ronald Araújo, el mallorquín Abdón Prats desequilibró el 1-1 que había establecido el brasileño Rapinha cuando mejor jugaban los azulgranas, ayer, con camiseta de color blanco.
Yamal generó la jugada del 2-2. Centró y Lewandowski asistió a otro canterano onubense, Fermín López, para que marcara a placer.