Ana Leticia Aguilar Theissen
Secretaria Presidencial de la Mujer
Referirse a la gestión de riesgo en un país como Guatemala, con una alta vulnerabilidad y propensión a la manifestación de múltiples amenazas, hace imprescindible iniciar con una reflexión respecto a la gobernanza de la problemática, dados los escenarios y capacidades, que tienen las instituciones públicas en general, de anticiparse, responder y recuperarse.
El Plan Nacional de Desarrollo K´atun Nuestra Guatemala 2032 plantea una serie de desafíos vinculados con debilidades institucionales, escasez de recursos y capacidades necesarias para abordar la gestión de riesgo en el antes, durante y después de la ocurrencia de un evento natural, socio natural o antrópico.
Al igual que con la equidad, considera la gestión de riesgo como un elemento transversal, que permite construir capacidades de resiliencia en las instituciones y en especial en la sociedad.
El propósito es generar conocimiento, identificar intervenciones y asignar recursos para abordar las causas y efectos de los fenómenos de manera integral, en la lógica que la equidad entre hombres y mujeres, así como la gestión de riesgo, deben ser asumidos como funciones del desarrollo.
El propósito es generar conocimiento, identificar intervenciones y asignar recursos.
Para el Estado y sus instituciones, la incorporación de esta noción en los procesos con los que se conducen el país y el desarrollo representan un enorme desafío en materia de la incorporación de acciones, medidas y normativas en el conjunto de políticas públicas, así como en los procesos institucionales previstos para la planificación, programación, presupuesto e inversión; de manera que las brechas de inequidad se puedan establecer y focalizar de manera cualitativa y cuantitativa, en los instrumentos y mecanismos políticos, técnicos y sociales, para una buena coordinación de las intervenciones públicas.
Ello redundará en la generación de capacidades de resiliencia de las niñas, jóvenes, mujeres adultas y adultas mayores y por su condición de ubicación, cultura y condiciones económicas.
Implica introducir cambios para contar con las mismas opciones y facilidades de acceso al bienestar de todas las personas, reconociendo que las mujeres, adolescentes y niñas rurales o ubicadas en zonas urbano-marginales, indígenas o con algún tipo de discapacidad, son el grupo que presenta mayor vulnerabilidad.
Desde el enfoque de sostenibilidad, promovemos condiciones que le permitan a la sociedad, la familia y las mujeres en particular, el despliegue al máximo de su potencial, propiciando una vida productiva y creativa de acuerdo con sus intereses y necesidades.