Foto: Norvin Mendoza
La Independencia es un recordatorio constante de la determinación y la resiliencia del pueblo guatemalteco a lo largo de su evolución como nación.
Cada 15 de septiembre, los ciudadanos se reúnen para festejar la emancipación del dominio español, en 1821, el cual marcó el inicio de una nueva era para la República de Guatemala.
En el transcurso de estos más de dos siglos, el país continúa y avazan en la búsqueda del progreso y la justicia social, honrando la cultura diversa y vibrante.
La Independencia se celebra con entusiasmo, en una combinación de tradiciones cívicas, culturales y culinarias que unen a la ciudadanía en un espíritu de orgullo nacional.
La fiesta se inicia el 14 del citado mes, cuando grupos de colegios, vecinos y empresas se congregan en el Obelisco para encender el fuego patrio y desplazarse hacia sus lugares de origen.
Por la tarde y parte de la noche del mismo día, al compás de bandas escolares, se realiza la izada de la bandera; en el caso de la capital, el escenario es la Plaza de la Constitución, en el frontispicio del
Palacio Nacional de la Cultura.
El centro de la celebración es el 15, cuando las calles del Centro Histórico se llenan de desfiles coloridos acompañados de bandas escolares. Entidades educativas, comunidades y organizaciones participan con danzas folclóricas y música.
La comida también forma parte de los festejos, con platos típicos como pepián, chiles rellenos y dulces tradicionales de canillitas de leche y rellenitos. También es común disfrutar de bebidas hechas con limonada, granizadas o atol.