Búsqueda de drogas como marihuana, cocaína y otros estupefacientes, protección contra delincuentes y funciones de guardianía, localización de explosivos y armas letales, así como protagonistas claves en labores de rescate en estructuras colapsadas, son parte de las capacidades que perfeccionan estos animales, cuyo adiestramiento corresponde a la Unidad Canina Especial.
El entrenamiento se inicia cuando tienen 1 o 2 años con cursos de caminado a talón, sentado, tumbarse y obediencia a los llamados de los agentes guías. Estos ejercicios de sincronización ayudarán a conformar binomios funcionales, en 3 o 4 meses.
El proceso requiere de expertos con excelente condición física y psicológica y don de mando, que respeten el bienestar del perro para que puedan crear vínculos de compañerismo y confianza.
Obediencia avanzada
En esta fase se adoptan mensajes que los canes van aprendiendo en pistas de obstáculos, la cual incluye galope, salto de vallas, escalada en paredes, saludo a sus superiores y acondicionamientos del olfato y oídos.
Según Wiliam Armando Aldana Pasos, jefe de la referida unidad, al finalizar el curso y salir al campo, siempre permanecerán bajo el control del instructor.
También, adquieren autonomía al momento de rastrear los objetivos, gracias al afinamiento de sus sentidos, lo que les permite realizar sus misiones con éxito.
Dato
El Acuerdo Gubernativo 73-2023, del Ministerio de la Defensa Nacional, creó el Centro de Adiestramiento de Unidades Humano-Caninas, que está bajo la jurisdicción y autoridad de la Primera Brigada de Policía Militar Guardia de Honor.