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Luis Rubiales sorprendió este viernes a la Asamblea General de la Real Federación Española de Futbol (RFEF) al anunciar que no dimite de su cargo de presidente, como comunicó ayer a su entorno cercano, y denunció que en su caso “se está ejecutando un asesinato social” del que se defenderá en los Tribunales, aunque pidió perdón “sin paliativos” por lo ocurrido después de la final del Mundial femenino.
“Aquí no se esta tratando de hacer justicia, es falso, se está ejecutando un asesinato social. Se me está tratando de matar. Más allá de mi situación personal, como español, tenemos que hacer una reflexión de hacia dónde vamos”, explicó durante su discurso.
“Van a por mí con todo, por tierra, mar y aire. Más de 100 querellas, denuncias en todo tipo de juzgados, peticiones siempre del mismo y sus títeres en el CSD. A algunos les molesta que esté aquí porque del futbol modesto voy a hacer uno digno. Hay que diferenciar y aprender una lección de lo que es la igualdad (…). Es una lección de vida. Mis hijas sí son feministas de verdad y no el falso feminismo que hay por ahí”, continuó Rubiales.
También criticó lo que definió como “falso feminismo”, el que a su juicio “no busca la justicia y la verdad, no le importan las personas sino ponerse una medalla y decir que están avanzando cuando es todo lo contrario”.
“¿Qué pensarán las mujeres que de verdad han sido agredidas sexualmente, a las que de verdad se las ha agredido sexualmente?. A estas personas que están tratando de asesinarme públicamente, me voy a defender en los juzgados. Voy a ejercer acciones”, anunció el presidente de la RFEF.
Sobre la polémica generada por el beso a la jugadora Jenni Hermoso luego de ganar el Mundial dijo: “Fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido, que esta es la clave de todas las críticas. Fue consentido, esta jugadora falló un penal y yo tengo una gran relación con todas las jugadoras, hemos sido una familia durante más de un mes y tuvimos momentos cariñosos en esta concentración”, aseguró durante su intervención.