El primer informe semestral de monitoreo y seguimiento del Plan Anual Nacional de Recuperación 2023 (Panar 2023) deja gratas reflexiones en torno al quehacer gubernamental. En términos prácticos, el documento refiere que el Organismo Ejecutivo invirtió Q4042.53 millones para el impulso de 1504 obras, algunas en curso, con las cuales se enfrentaron los daños causados por fenómenos naturales entre 2020 y 2022.
Los proyectos incluyen puentes, carreteras, centros de salud y educativos, entre otros, los que generaron, hay que decirlo, enormes pérdidas monetarias. Además, los desastres meteorológicos impactaron de manera seria y directa en las cosechas de pequeños agricultores, quienes corrían el peligro de padecer inseguridad alimentaria, en caso no les llegara ayuda adecuada y oportuna.
De esa cuenta, tras calamidades como Eta e Iota, de las peores depresiones tropicales que se han vivido en el país, el Gobierno alcanzó a 671 021 familias con estipendios, raciones de alimentos, sistema de riego, kits de techo mínimo, láminas y viviendas definitivas, entre otros. Estos hogares no solo lograron sobrevivir de manera digna, sino que, muchos de ellos, tuvieron una segunda oportunidad en materia productiva.
Si los esfuerzos mencionados no fueran suficientes para valorar la labor de ministerios y secretarías de Estado, conviene recordar que las catástrofes se suscitaron cuando los casos de Covid-19 registraban lo peor de la enfermedad.
“Estuvimos en una emergencia nacional permanente que nos enlutó. Miles de guatemaltecos padecimos las consecuencias del ciclón Julia, pero aún en los tiempos oscuros sacamos lo mejor de nosotros”, manifestó el mandatario Alejandro Giammattei, tras anunciar algunas acciones para atender una de las situaciones que marcaron su período presidencial y que pusieron a prueba la capacidad de ejecución y reacción del equipo de trabajo, aunque, de igual manera, permitieron mostrar su eficiencia y efectividad.