Frank Gálvez
Locutor y Periodista
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Antonina Rodrigo es una escritora granadina nacida en 1935, especializada, más que otro género, en el de la biografía. “Me interesa -ha dicho- porque me interesa el ser humano, el hombre. El hombre es todo y en biografía hay ensayo, investigación, creación, poesía… Para poner en pie un hombre hace falta rodearlo de su época, de sus coetáneos, tanto en lo social como en lo político, científico y literario.”
La mayor consagración de Antonina han sido las biografías de personajes notables. En su ciudad natal empezó a escribir un libro sobre mujeres importantes y se tropezó con Mariana Pineda, la dama joven y bella que falleció ejecutada en defensa de la libertad durante la década ominosa española. Esto la fascinó y se consagró por completo a estudiar su vida donde el resultado fue una biografía totalmente histórica, siendo el más brillante perfil que se ha escrito sobre Mariana.
Posteriormente redactó un ensayo sobre el teatro español del siglo XVIII, como ambiente a la biografía de María Antonia La Caramba Vallejo Fernández, seguido de la publicación de un fantástico volumen sobre Margarita Xirgu Subirá y su vida en las tablas. Y continuando con sus estudios teatrales dio a la estampa un ensayo sobre El Corral De Comedias de Almagro y otro sobre García Lorca en Cataluña. De hecho, cuando hizo la biografía de Mariana Pineda, se encontró con que Xirgu había estrenado la obra de Lorca y se interesó por ella, que estaba en el exilio. Ahí concibió la idea de hacer su semblanza.
”No hay que callarse. Hay que librar batallas sin trincheras“ (Antonina Rodrigo).
De este ensayo ha dicho la propia autora que es “una faceta muy poco conocida de García Lorca; y yo quise investigar sobre su contacto con la cultura catalana, que fue mucho más intenso de lo que se piensa. En ese libro hay romances, poemas, fotos, dibujos, totalmente inéditos que rematan la rúbrica del artista”.
Otra obra notable de la Rodrigo es su Doctor Trueta: héroe anónimo de dos guerras, texto que le llevó casi un lustro de trabajo y que pudo concluir en Oxford, donde él vivió treinta años, gracias a una beca que ganó de la Fundación Juan March.
Mirando al futuro, Antonina sabe que lo mejor está dentro de nosotros mismos: “Nuestra salvación es la esperanza. Tenemos que aprender del espíritu de superación de nuestros antepasados”. Es por ello que sus trabajos se sienten tan ricos, tan llenos de vida: honra a quienes estudia al darle a todo un sello poco habitual de franqueza y humanidad. Le recomiendo que, si aún no conoce su obra, vaya a su librería más cercana. No se arrepentirá.