Cortesía: Kathia Archila
El colectivo Tz’aqol, originario de San Juan Comalapa, Chimaltenango, presentó la obra Solik (Desatar), una pieza artística que se define como obra de teatro de sanación para víctimas de violencia. Esta puesta en escena cuenta con la actuación de mujeres de distintas organizaciones que trabajan y algunas que empiezan a trabajar la curación, entendiéndola como necesaria para el propio bienestar femenino.
La narración traslada al público a un viaje mediante la vivencia de una niña que muestra su cotidianidad en su comunidad y la alegría que la rodea, pero esta le es vulnerada su inocencia por una presencia externa que somete su cuerpo a la culpa y vergüenza, y que no le pertenece.
Esta puesta en escena es un reflejo las vivencias que muchas mujeres sufren por discriminación.
Esta dramatización se realizó en distintos lugares como las instalaciones de la Asociación SERniña, que trabaja con madres y adolescentes de la aldea El Hato, La Antigua Guatemala, e integrantes de las culturas k’iche’ y mam, en Quetzaltenango.
El agrupado artístico, que conforman Víctor Manuel Barillas y Marta Guadalupe Tuyuc Us, realiza talleres desde la mirada de la cosmovisión maya. Sus trabajos muestran que las historias son cíclicas y que se repiten entre generaciones si no se rompen los hilos que los atan entre sí.