Infografía EFE
Los Ángeles, EFE. Antes de Leo Messi, el aterrizaje de David Beckham en la MLS generó una expectación enorme. Ahora el británico, desde los despachos, ha jugado un papel fundamental en la llegada del astro argentino al Inter Miami y juntos aspiran a transformar para siempre el balompié en Estados Unidos.
Pelé en los años 70, en el New York Cosmos; Beckham a comienzos del siglo XXI, en el LA Galaxy, y ahora Messi en el Inter Miami, camino del Mundial 2026.
La historia del futbol en el país norteño aparece marcada por grandes íconos globales de este deporte, que un día hicieron las maletas en busca de su particular versión del sueño americano.
Quizá en ello influyó la reducida cosecha de talento autóctono, al menos, en la rama masculina, ya que en el femenino la selección estadounidense es una potencia de primer nivel.
A la sombra de pasiones nacionales como el futbol americano, el baloncesto o el beisbol, al balompié (soccer) en EE. UU. le ha costado mucho encontrar su lugar y seducir al público como ha hecho en prácticamente cada rincón del planeta.
La apuesta de Messi por la MLS podría cambiar radicalmente esa situación y su desembarco en el país de las barras y las estrellas no puede entenderse del todo sin el precedente de Beckham.