Con una extensión de 337 899 hectáreas, el parque nacional Laguna del Tigre, ubicado en San Andrés, Petén, es una de las reservas naturales más grandes de Guatemala, donde se encuentra la Biosfera Maya.
En el noroeste del país, este esplendoroso lugar alberga al menos 13 ecosistemas (espacio biológico constituido por una comunidad de seres vivos y el medio natural en que viven). Cuenta con la mayor concentración de humedales de agua dulce de Mesoamérica y varias especies de flora como cedro, roble y Dalbergia Retusa, más conocido como palo rosa, así como jaguares, dantas y tapires.
En su gran extensión de selva se hallan los sitios más importantes para la anidación de la guacamaya roja: El Perú y El Peñón de Buena Vista.
Al visitar el extremo sureste del parque nacional se llega al cerro, donde está el campamento de los guardabosques que, en coordinación con el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) y empresas privadas ponen en marcha sus cuatro ejes de trabajo: Investigación biológica y monitoreo, Desarrollo y manejo sostenible de recursos naturales, Protección y prevención de incendios forestales y Gobernabilidad y financiamiento sostenible de la Reserva de la Biosfera Maya.
Una de las estrategias de conservación de las especies es El escudo, el cual busca tener presencia interinstitucional en distintos puntos, lo que ayuda a la reducción del índice de amenazas como provocación de incendios forestales, tala ilegal de árboles, invasión de terrenos, asentamientos humanos no planificados y ganadería extensiva, entre otros.
De acuerdo con lo informado, la protección de estos sitios es de suma importancia para cuidar el medioambiente, ya que los efectos del cambio climático son cada día más evidentes e incluyen altas temperaturas o exceso de lluvia en lugares que no están preparados para enfrentar esos desastres
naturales.