Saulo De León Durán
Superintendente de Bancos
comunicacionSIB @sib.gob.gt
Como señalamos en nuestra columna anterior, la tercera reforma monetaria del país, que se realizó a partir de 2002, incluyó la aprobación de la nueva Ley Orgánica del Banco de Guatemala que, como dijimos, determina que el objetivo fundamental del banco central es propiciar las condiciones monetarias, cambiarias y crediticias que promuevan la estabilidad del nivel general de precios.
En la consecución de esa visión, a partir de 2005, la Junta Monetaria inició la implementación de un marco de política monetaria basado en un esquema de metas explícitas de inflación, cuya meta de inflación de mediano plazo desde 2013 es del 4 por ciento más o menos un punto porcentual, lo que ha permitido mantener contenidas las expectativas de inflación de los diferentes sectores de la economía nacional.
En los últimos 20 años, que corresponde aproximadamente al mismo período de la vigencia de la reforma monetaria, la economía nacional creció a una tasa promedio del 3.6 por ciento anual en términos reales, en tanto que el ritmo inflacionario promedio (al final de cada año) fue del 5.3 por ciento, a pesar de dos crisis de origen externo que se produjeron en el ínterin: la crisis financiera internacional de 2008 y la pandemia Covid-19, de 2020 a 2023.
La combinación de crecimiento y estabilidad de precios se tradujo en un aumento continuo del producto interno bruto.
La combinación de crecimiento y estabilidad de precios se tradujo en un aumento continuo del producto interno bruto por habitante, que permitió al país graduarse desde hace algunos años del grupo de ingresos medianos bajos, según la clasificación del Banco Mundial, para pasar a integrarse al grupo de países de ingresos medianos altos, dejando atrás (por lo menos transitoriamente) a los demás países del Triángulo Norte (El Salvador y Honduras), así como a Nicaragua.
Otro dato interesante es que probablemente este año el valor de mercado de la producción nacional en términos nominales rebase por primera vez en nuestra historia los 100 miles de millones de dólares estadounidenses, lo que es significativo porque implica que la economía nacional ha alcanzado un tamaño relativamente importante.
En el informe relacionado con la consulta del Artículo IV del Convenio Constitutivo del Fondo Monetario Internacional 2023, el organismo destaca la resiliencia de la economía nacional, que ha superado bien muchas crisis, con base en un historial sólido de políticas económicas prudentes, incluidos bajos déficits fiscales, bajo endeudamiento externo y elevadas reservas monetarias internacionales.
Dos de las tres principales agencias calificadoras internacionales de crédito revisaron al alza las calificaciones crediticias del país en el último año, regresándolas a los niveles anteriores a la pandemia.
Estos hitos, si es que cabe llamarles así, naturalmente no pueden atribuirse exclusivamente al Banco de Guatemala, pero no cabe duda de que el aporte de la política monetaria en términos de estabilidad de precios, junto a la política fiscal y otras políticas económicas, han contribuido decisivamente a su logro.
Por otra parte, eso no significa dejar de reconocer lo mucho que nos falta por recorrer, particularmente, en materia de desarrollo social y de combate de la pobreza.