Mario Osava
Agencia Internacional de noticias Inter Press Service (IPS)
ipsnoticias.net
Acusado de la agresión sexual la noche del 30 de diciembre de 2022 en una discoteca de Barcelona, la justicia local lo mantiene en detención preventiva desde el 20 de enero, basada en sus declaraciones contradictorias y las pruebas obtenidas durante la investigación. El riesgo de fuga es el elemento clave para que la jueza del caso decida mantenerlo en prisión, en una medida que ratificó nuevamente el 9 de mayo. Su caso contrasta con los de Cuca y Robinho, condenados pero libres, debido al protocolo instituido en España, por el cual locales de ocio nocturno adoptan mecanismos de prevención y protección contra la violencia sexual, con personal capacitado, destacó Liliane Brum, activista de la Red de Desarrollo Humano, con sede en Río de Janeiro.
En Barcelona, decenas de locales han adherido al protocolo No callem (No callamos, en catalán) desde 2018, tras demandas de organizaciones feministas. Es un mecanismo clave por “la responsabilización inmediata” de los agresores y la clara definición del presunto delito ante la falta de consentimiento de la mujer y su denuncia, aclaró Brum. Hay avisos de seguridad, recomendaciones, cámaras que registran lo que pasa en los baños y otras partes del local; así ayudaron a comprobar la denuncia de la víctima de Alves en la discoteca, después de que el portero del local la vio llorosa a la salida, le preguntó, y ante su declaración se activó el protocolo, incluyendo la llamada inmediata a la policía. “La eficacia del sistema en ese caso es un punto positivo, una enseñanza a recordar e imitar”, destacó Brum, una antropóloga seducida por estudios sociales de los deportes.
Es difícil enfrentar a personas ricas y famosas como Alves.
“Es singular esa nueva configuración del combate a la violencia, con efectiva punición. Italia dejó escapar a Robinho. Suiza llevó dos años para condenar a Cuca, en su ausencia”, comparó Costa, al reconocer indulgencia en el combate policial y judicial a los delitos contra las mujeres en Brasil. Es difícil enfrentar a personas ricas y famosas como Alves, especialmente en Barcelona, donde es “ídolo, con larga historia en el futbol y en el seleccionado brasileño”, anotó.
El obstáculo es “una larga tradición de machismo, con un linaje de fama y poder”, según Flavio de Campos, coordinador del Núcleo Interdisciplinario de Investigaciones sobre el Futbol y Modalidades Lúdicas (Ludens), de la Universidad de São Paulo.
Eso incluye a los héroes nacionales históricos, como Pelé, alias de Edson Arantes do Nascimento, Garrincha (Manuel Francisco dos Santos) y Romario de Souza Faria, que protagonizaron la conquista de cuatro Copas Mundiales entre 1958 y 1994, que tuvieron “relaciones abusivas” con muchas mujeres e hijos a veces no reconocidos, apuntó. “El futbol se construyó como un ingrediente de la masculinidad, y masculinidad violenta, agresiva y tóxica”, definió Campos en entrevista telefónica desde São Paulo. A los niños se regala una pelota, desde su temprana edad, ejemplificó. “El cuerpo femenino se maneja como un bien de uso que, en el límite, puede llegar a la violación sexual, incluso en grupo, o al feminicidio”, como el atribuido a Bruno Fernandes, exportero de Flamengo, el club más popular de Brasil, condenado a 20 años de cárcel por el asesinato de su novia Eliza Samudio en 2010, realzó el investigador, graduado en Historia.