Un gran paso para el país y para la sociedad constituye la creación del Instituto Nacional de Electrificación (INDE), que mañana cumplirá 64 años de creación y funcionamiento, bajo el Decreto 1287 de 1959.
Durante este tiempo, la entidad ha llevado energía al área rural, donde ha alumbrado los hogares de miles de familias. Con el pasar de las décadas, enfocó su servicio en el ámbito ambiental y social.
En sus inicios funcionó con aportes del Gobierno. En 1966 inició la construcción de sus plantas y actualmente posee nueve hidroeléctricas: Chixoy, El Salto, Jurún Marinalá, Los Esclavos, Aguacapa, Santa María, El Porvenir, Palín II y Chichaic. Además, una central térmica.
El mejor del Istmo
De acuerdo con información de la institución, el país cuenta con uno de los mejores sistemas de transmisión eléctrica de Centroamérica, conformada por 3420 kilómetros de líneas y 69 subestaciones.
Ello le proporciona una confiabilidad del 99.9 por ciento en su red y estabilidad en el Sistema Nacional Interconectado (SIN).
Pero no solo es generación, pues ha implementado tres programas: Electrificación Rural, el cual llega a las regiones más alejadas del país, y Protección de Cuencas y Producción de Árboles en 13 viveros, que han permitido la sostenibilidad en áreas de interés hidrográfico y reforestación de 33 mil hectáreas con 37 millones de plantas, desde 1999.
El tercero, iniciativa más reconocida y de gran beneficio para la nación es la Tarifa Social, como una contribución al pago del consumo de electricidad. En 23 años de vigencia del aporte, ha entregado Q16 978.49 millones.
Para este año proyecta Q1 070 millones, con lo que se alcanzaría un total histórico de Q18 048.77 millones, en beneficio de 14.3 millones de ciudadanos.