Atrás quedaron los años en que la hambruna y la desnutrición eran asuntos que, teóricamente, los gobiernos abordaban, aunque en la práctica ninguno asumía con la responsabilidad debida. Eso terminó el 14 de enero de 2020, cuando la actual administración, liderada por el Presidente de la República, asumió el problema como un asunto de Estado y puso manos a la obra en la implementación de programas tendientes a garantizar y acercar el acceso a los alimentos.
De esa cuenta, nacieron una serie de iniciativas que, de manera coordinada, enfocaron sus esfuerzos para alcanzar uno de los principales objetivos del Gobierno: combatir, controlar y superar la desnutrición aguda y crónica asentada en el país.
La resolución de esta situación ha sido enfocada de manera interinstitucional, desde los gobiernos y autoridades locales y mediante esfuerzos en los que se han involucrado empresarios y organismos internacionales. Uno de los proyectos más exitosos es el llamado Comedor Social, el cual lleva desayunos y almuerzos gratuitos y nutritivos a comunidades estratégicamente identificadas, con el claro objetivo de contrarrestar las carencias de familias guatemaltecas.
Paralelo a estos centros, se mejoró e incrementó la alimentación escolar, que hoy llega a 3.2 millones de estudiantes de todos los niveles educativos. Además, constantemente se efectúan jornadas de atención médica, las que incluyen la toma de medidas para constatar el sano crecimiento de los infantes.
“La Gran Cruzada Nacional por la Nutrición es un sueño de muchos años, que busca luchar contra uno de los peores males del país, una enfermedad que condena a los niños a no desarrollar sus capacidades, en una nación que necesita que todos los ciudadanos fortalezcan sus condiciones físicas y mentales para engrandecerlo”, manifestó el jefe de Estado al momento de prever que la unidad de esfuerzos y determinaciones harían posible lo que parecía una quimera.