Cristian Esteban Candia Vallejos
Profesor Investigador, Facultad de Ingeniería
La automatización y la inteligencia artificial (IA) han generado preocupaciones acerca del futuro del empleo, y las opiniones varían en cuanto a su impacto desde los optimistas que creen que aumentará la productividad y mejorará los empleos, mientras que los pesimistas temen que se destruyan todos los empleos y la sociedad se divida entre una minoría dominante y una mayoría irrelevante.
La preocupación por el impacto de la tecnología en la vida cotidiana y el mercado laboral ha sido constante a lo largo de la historia. Desde la reticencia hacia la escritura descrita por Platón en “Fedro” hasta el movimiento ludita en la Revolución Industrial del siglo XIX. Más recientemente, en los años 70’s, el economista y premio Nobel Wassily Leontief vaticinaba que el trabajo se volvería cada vez menos importante y que las máquinas reemplazarían a más trabajadores. Una constante es que en todos estos casos se enfatiza la necesidad de un uso responsable y ético de la tecnología e innovación.
Es fundamental actualizar la educación y formación de los trabajadores.
El avance tecnológico, en la mayoría de los casos según la literatura, no destruye empleos, sino que los transforma. El desempleo tecnológico ocurre cuando los avances tecnológicos provocan que algunos trabajadores pierdan sus empleos en un rubro, pero también aumenta la demanda de empleos en otro. Entonces, si el mercado laboral es suficientemente flexible, la innovación tecnológica tiene el efecto de cambiar los tipos de trabajos que demanda la economía.
Es fundamental actualizar la educación y formación de los trabajadores, enfocándose en el desarrollo de habilidades complejas y difícilmente automatizables, como la creatividad y el pensamiento crítico. La adaptabilidad y la movilidad laboral son esenciales, por lo que es crucial que los trabajadores adquieran habilidades transferibles. Un enfoque educativo interdisciplinario, como la educación STEAM, es altamente recomendable. La OCDE destaca la importancia de habilidades del siglo XXI, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación, la colaboración, la creatividad y la innovación. Además, subraya la importancia de habilidades de alfabetismo digital, así como habilidades para la vida personal y profesional.
Continuará…