Eduardo Valpuesta Gastaminza
Catedrático de Derecho Mercantil y
director del Máster de Derecho
La primera frase del documento en el cual el famoso (y desconocido) Satoshi Nakamoto lanzó su proyecto para crear la criptomoneda y la red de pagos de bitcóin fue: “El comercio en Internet ha llegado a depender casi exclusivamente de las instituciones financieras como terceros de confianza en el proceso de los pagos electrónicos”.
Y, por ello, Nakamoto abogaba por crear un sistema de pagos que permitiese prescindir de los bancos. A partir de ahí, y por supuesto con infinidad de matices, el “mundo cripto” ha alardeado de constituir un “sistema económico alternativo” al tradicional, que permite financiaciones y pagos directos “entre particulares”, prescindiendo de los bancos tradicionales.
Pese a ello, lo cierto es que en su desarrollo real la criptoeconomía está siguiendo miméticamente muchos de los esquemas de las instituciones financieras clásicas, y mostrando además unas importantes contradicciones.
Lo cierto es que en su desarrollo real la criptoeconomía está siguiendo miméticamente muchos de los esquemas de las instituciones financieras clásicas.
En primer lugar, resulta paradójico que el sistema del bitcóin y del resto de criptomonedas naciera para prescindir de los intermediarios, y ahora resulta casi imposible adquirir criptomonedas si no es a través de exchanges, custodios, plataformas de cotización, etc., creados para permitir el funcionamiento de este mercado.
Originando así, además, unos enormes problemas de fraude, porque el inversor “privado” que adquiere criptomonedas a través de un exchange no tiene ninguna garantía efectiva de que realmente ese intermediario esté destinando el dinero pagado por el inversor en adquirir esa criptomoneda. En segundo lugar, el sistema es contradictorio, porque lo que realmente le interesa al adquirente de “valores cripto” es que esos bienes cada vez valgan más… dólares.
La inmensa mayoría de adquirentes de criptomonedas no quieren la criptomoneda en sí, sino su posible revalorización en dinero fiat, ese respecto del que la criptomoneda quería ser una alternativa. Los bitcóins no solo no quieren desplazar a los dólares, lo que quieren es “poder ser vendidos por más dólares”. Esas paradojas se advierten en la reciente intervención de Silicon Valley Bank (SVB). Continuará…