Israel Gómez Córdova
Jefe Departamento de Documentación y Divulgación
Durante los últimos veinte años, en las organizaciones públicas se ha movilizado un considerable caudal de esfuerzos para lograr una transformación que les permitiera asumir “exitosamente” sus nuevos desafíos.
Estos esfuerzos se han dirigido, en gran medida, a la incorporación de tecnologías de gestión, entendiendo, en muchos casos, las tecnologías como portadoras en sí mismas de nuevas capacidades. Sin embargo, son sumamente escasos los éxitos logrados en relación con las expectativas generadas y las inversiones realizadas.
En un marco de gestión caracterizado por las transformaciones constantes y la creciente complejidad, interna y externa, ya no aparecen como únicos determinantes de la innovación los recursos financieros o tecnológicos como lo pretendía el modelo lineal de innovación; donde esta se da por estadios, vinculada a desarrollos tecnológicos, suponiendo una profunda ruptura y transformación organizacional en cada acto “innovador”.
Cada vez es más necesario sostener que se presentan múltiples recorridos a partir de la sinergia entre organización e innovación.
Por el contrario, cada vez es más necesario sostener que se presentan múltiples recorridos a partir de la sinergia entre organización e innovación, donde una “arquitectura organizacional” más dinámica y abierta posibilita la divergencia y el aprendizaje cotidiano, y, por ende, una innovación permanente. Las tecnologías, entonces, son abordadas en su relación con el entramado organizacional, y se reconoce que las potencialidades de las que son portadoras no son inocuas ni válidas universalmente.
Su despliegue está sujeto a su articulación con el resto de los componentes que integran la capacidad de gestión. Esta recuperación de las tecnologías como dimensión valiosa, pero no excluyente, de la capacidad de gestión, impone algunos desafíos al trabajo de investigación. Particularmente significativo es el desafío de investigar procesos de transformación que se han intentado en organizaciones públicas, con mayor o menor éxito, indagando en sus resultados en términos de construcción de capacidades.
Por lo tanto, la preocupación está puesta en desarrollar una metodología que permita abordar exitosamente la historicidad y complejidad de los procesos de incorporación tecnológica, así las organizaciones públicas no solo serán transformadas sino más eficientes y eficaces.