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El papa retomó su agenda luego de salir del hospital, y el domingo pasado ya tuvo una ceremonia pública con ocasión del inicio de la Semana Santa, oficios que continuará efectuando durante todo el Triduo Pascual, anunció el Vaticano.
Además, en su discurso dominical, hizo tres llamamientos al mundo laboral: el primero fue el decir no al trabajo en negro porque “en un primer momento parece reportar beneficios económicos, pero a distancia no permite a las familias cotizar y acceder al sistema de pensiones. El trabajo no declarado distorsiona el mercado laboral y expone a los trabajadores a formas de explotación e injusticia”.
“Un trabajo digno, siempre libre, creativo, participativo y solidario.” Francisco Sumo pontífice
El segundo, fue no abusar del trabajo precario, “que repercute en las opciones vitales de los jóvenes y a veces les obliga a laborar incluso cuando les fallan las fuerzas. La precariedad debe ser transitoria, no puede prolongarse en exceso; de lo contrario, acaba trayendo desconfianza de los jóvenes, aleja la entrada en el sistema de seguridad social y baja la natalidad”.
Por último, instó a “un trabajo digno, siempre libre, creativo, participativo y solidario”. Defendió a los “abandonados” del mundo, pues “nadie puede ser marginado”, dijo ante miles de fieles.
Francisco, de 86 años, estuvo tres noches ingresado en un sanatorio por padecer bronquitis, pero fue dado de alta satisfactoriamente, para presidir los ritos de la Semana Mayor. Aunque el Domingo de Ramos no oficio la misa, sí participó en la procesión.