Venido de Sudamérica y considerado un árbol ornamental que posee propiedades curativas, la Jacaranda mimosifolia (nombre científico), es un ícono en las calles y jardines de la república. Esta especie exótica se manifiesta en Argentina, Colombia, Bolivia y Venezuela, entre otras naciones.
En el país se ve en regiones tropicales y subtropicales, aunque es en La Antigua Guatemala donde más resalta. La bióloga Ana María Ortiz Martínez, encargada del área de Educación del Jardín Botánico, expresa:
“La especie llegó, no nació de forma natural en Guatemala. Vino de América del Sur, donde se tiene casi el mismo tipo de humedad, temperatura y altitud”.
Según la experta, los connacionales la asocian con el anuncio de la Semana Santa, pero eso es una coincidencia, ya que cuando la temperatura sube, principalmente en verano (en especial, marzo y abril), los árboles comienzan a florecer.
En cuanto a sus propiedades curativas, ataca, particularmente, las amebas, aunque previene y controla el acné, varices, artritis y varicela. “Lo mejor es recolectar la flor caída y no cortarla, porque el ciclo activo se completa y habrá mayor eficiencia medicinal”, añade la bióloga. La jacaranda crece entre 8 y 12 metros y su color, en el país, varía de morado intenso a suave, dependiendo del suelo, nutrientes y altitud. Su fruto es seco, no comestible.
“En el Jardín Botánico hay tres especies y tres especímenes. La especie tiende a ser única y nos dice cómo va a ser el árbol y sus características. El espécimen nos advierte cuáles son del mismo grupo”, explica la investigadora. Aunque en el mundo existen unas 50 especies, de diversos colores, en el país sobresalen el violeta o morado.