Manuel Casado
Catedrático emérito de la Facultad de Filosofía y Letras
Con una fiabilidad digna de una encuesta sociológica, la Real Academia Española (RAE) ofrece periódicamente, al terminar cada año, un perfil de lo que ocupa la mente (pero, sobre todo, el cuerpo) de los hablantes de la lengua española.
La inminente celebración del IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), en Cádiz del 27 al 30 de este mes de marzo, proporciona una buena ocasión para echar una somera mirada a las innovaciones léxicas que las Academias de la Lengua (RAE y Asociación de Academias de la Lengua Española, Asale) han venido incorporando, a lo largo de los últimos años, al Diccionario de la Lengua Española (DLE), es decir, al Diccionario común u oficial del idioma.
Las innovaciones se refieren, básicamente, a nuevas entradas léxicas y a nuevas definiciones o acepciones de voces ya registradas. Con tales aportes, pertenecientes a todo el mundo hispánico, se podría diseñar un perfil significativo de la vida de los hablantes de español, de sus valores en alza, de sus (pre)ocupaciones e intereses, y también, por omisión, de sus
olvidos y negligencias.
Las innovaciones se refieren, básicamente, a nuevas entradas léxicas y a nuevas definiciones o acepciones de voces ya registradas.
Sin pretensión de exhaustividad, las novedades léxicas o semánticas que se vienen registrando en el DLE se inscriben en unas cuantas áreas de interés, como se verá: las nuevas tecnologías, el entretenimiento (campos ambos ampliamente solapados), la salud, el deporte y la gastronomía (también con importantes zonas en común), y no mucho más. Da la impresión de que solo hasta ahí llega el consenso en esta comunidad hispanohablante de comienzos del siglo XXI.
En el ámbito de las nuevas tecnologías abundan los neologismos que designan instrumentos, técnicas, prácticas y aplicaciones informáticas que se han puesto a nuestra disposición en los últimos años: blog y bloguero, chat y chatear, meme, mensajear, viralizar, multitarea, encriptado, rúter y derivados, clic, macrodatos, tuit y derivados, wifi, dron y flap, led y mediateca…
Se ha visto disparado el número de palabras compuestas con cíber-, si bien no todas registradas aún en la lexicografía académica (prescindo de derivados): ciberacoso, ciberarte, ciberataque, cibercafé, cibercultura, ciberdelincuencia, ciberdelito…
Continuará…