Fotos: EFE
Como en un guion de cine, el destino quiso que los dos compañeros de equipo se citaran como enemigos en el último capítulo para decidir el final de la película.
Y llegó el conteo límite para lanzador y bateador en la parte alta del noveno episodio, que ya registraba dos outs.
Entonces, Shohei Ohtnai, que como los elegidos se había reservado para cerrar el juego de Japón desde la lomita, soltó un desconcertante sweeper.
El jardinero Mike Trout, compañero de Ohtani en los Angels, no alcanzó a advertir el perverso efecto que tomó esa bola muy cerca del área de lanzamiento.
Fue el out número 27 de la final del V Clásico Mundial y el consagratorio de Japón, que con un triunfo por 2-3 agrandó invicto su leyenda como máximo ganador del Clásico Mundial con tres títulos, y a expensas del campeón de la pasada versión.
Desde lo individual, el duelo final de los dos amigos ha puesto a pensar si es justo el abismo económico que los separa. El estadounidense acumula a los 31 años un patrimonio neto de 140 millones de dólares, y el astro japonés, 3 años más joven, cuenta con 15 millones, según medios especializados.
Mientras Trout firmó en 2019 una extensión de contrato de 10 años a cambio de 360 millones de dólares y un salario neto de 35.4 millones, el mejor de las Grandes Ligas, Ohtani estudia el camino que tomará la próxima temporada sin que le falten pretendientes.
Las conjeturas periodísticas garantizan que, al menos una docena de equipos estarían dispuestos a seducir al japonés con un contrato de 450 millones de dólares, y que la puja podría llegar incluso a 500 millones.