Fundado en 1961 por un grupo de padres de familia y médicos, el Instituto Neurológico de Guatemala (ING) brinda a niños y jóvenes de escasos recursos con discapacidad intelectual y autismo, educación especial y terapias de apoyo para potenciar sus habilidades y destrezas, y así mejorar su calidad de vida.
La coordinadora de Relaciones Públicas del ING, Liz Herrera, explicó que la discapacidad intelectual y autismo se diferencian en que la primera tiene limitaciones en su funcionamiento y desarrollo de aprendizaje, y la segunda presenta una serie de disfunciones a nivel social y de adaptabilidad.
Ante esta situación el objetivo es lograr, a través de programas educativos y terapéuticos, que los estudiantes se desarrollen integralmente, para favorecer el avance de sus habilidades, aspectos psicoafectivos, intelectuales y motrices, con lo que esperan una pronta inclusión al ámbito familiar, escolar, laboral y social. En el instituto los beneficiarios pasan por diferentes niveles, de acuerdo con sus necesidades.
En el Programa Unidad para Niños con Trastorno del Espectro Autista (Puntea) se tiene como meta la atención directa de los menores, con la finalidad de proporcionar las herramientas necesarias para lograr su inclusión en la sociedad.
Mientras que a los estudiantes con discapacidad intelectual se les da un servicio llamado Ciclo Vital, que es un programa integral de diagnóstico y el tema de intervención temprana hasta una inclusión laboral o acompañamiento a la vida adulta.
Padrinos
El ING cuenta con un programa de Padrinos, el cual da la oportunidad a personas individuales o empresas para apoyar con parte de los servicios, desde un mínimo de Q25 como valor por hora de terapia. Para ser padrino, solo necesita contactarse por medio de [email protected] o por el whatsapp 2475-1178.