Ramiro Pellitero
Profesor de la Facultad de Teología
De esta manera, la teología se ha convertido hoy en un instrumento necesario para la “Iglesia en salida”, a la que pertenecemostodos los cristianos. Por eso podemos y debemos hablar de “Teología en salida”.
Una “salida” que puede verse representada por la teología pastoral o de la evangelización. Su método es situarse en el “aquí” y “ahora” de lo que Dios pide, a los cristianos, para colaborar en el anuncio y la transmisión de la fe; es decir para colaborar en la evangelización. Su centro y fundamento es la acción de Cristo, para hacer participar a los hombres y mujeres de su obra redentora (cruz y resurrección) y santificadora (por medio de la acción del Espíritu Santo), en torno a la Eucaristía, que es fuente y culmen de la vida cristiana y de la vida y misión de la Iglesia.
Y el ejercicio de esa “salida” es la participación de cada uno de nosotros, personal o asociadamente con otros (sean cristianos o no), en la mejora de este mundo con vistas a la vida eterna. La santidad, decía antes, lleva a preocuparse por mejorar las condiciones de vida de las personas y la calidad de vida del planeta.
La santidad, decía antes, lleva a preocuparse por mejorar las condiciones de vida de las personas y la calidad de vida del planeta.
Es una salida que compromete para servir a todos, por medio de nuestro trabajo, de nuestra vida familiar y cultural, social y eclesial. Por todo ello la Teología pastoral se sitúa en la vanguardia evangelizadora que corresponde, decíamos, a la Iglesia entera. Y en la Iglesia, a cada uno, según su condición y vocación, en unidad de misión y en diversidad de tareas (si se quiere decir, ministerios) y carismas.
Antiguo profesor de Teología pastoral en su Argentina de los años setenta, el papa Francisco viene impulsando el “evangelizar con alegría” desde el principio de su ministerio petrino, que el 13 de marzo cumple 10 años.
Sus enseñanzas más importantes han versado sobre la fe (comenzando por su encíclica “a cuatro manos” con Benedicto XVI, Lumen fidei), el cuidado de la casa común (enc. Laudato si’) y la fraternidad y la amistad social (enc. Fratelli tutti).
Tras su documento programático –la exhortación postsinodal Evangelii gaudium– cabe destacar su impulso a la cultura de la Misericordia, así como el acompañamiento pastoral a las familias (cf. Exhort. Amoris laetitia) y a los jóvenes (cf. Exhort. Christus vivit).
Personalmente se ha desvivido por llevar a la cercanía de Jesucristo a todos, especialmente a los más frágiles y olvidados y a los damnificados por los conflictos y las guerras, como un signo de la evangelización. La Teología pastoral ha encontrado en el papa Francisco, sobre todo desde su ministerio pastoral, un apoyo y un abanderado.