Fotos: Luis Carrillo
Si habláramos de la conservación de la biosfera maya en términos empresariales, sin ninguna duda los bomberos forestales estarían sentados en primera fila como el principal capital humano para la defensa de tan valioso recurso con el que cuenta el territorio guatemalteco.
Más de 100 brigadistas monitorean los focos de incendios.
La Reserva de la Biosfera Maya (RBM) es el área protegida más grande de Guatemala. Se ubica en el departamento de Petén y resguarda una gran riqueza natural y cultural. Representa la quinta parte del territorio nacional, con una extensión de más de 2 millones de hectáreas.
En este espacio, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), como ente rector de la diversidad biológica y del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas, realiza con aliados estratégicos diferentes acciones en pro de la protección, conservación y uso sostenible de los recursos del área. Asimismo, para enfrentar y contrarrestar las amenazas y los retos institucionales a fin de garantizar su resguardo.
En esta ocasión, el Diario de Centro América tuvo la oportunidad de adentrarse en las profundidades de tan majestuosa selva, donde el calor abrazador húmedo característico de la región nos ha hecho sentir las incomodidades que solo quien la ha recorrido las recuerda. Aun así, cuesta trabajo imaginar lo que sería combatir un incendio bajo esas condiciones, casi tan grotescas como el 7º círculo de Dante en La Divina Comedia, asediados por lluvia de fuego.
El trabajo de un bombero forestal es una tarea ardua y de suma importancia, tanto para la prevención como para el combate de los incendios.
Su preparación, condición física y mental deben estar a la altura de un deportista de alto rendimiento. No se puede flaquear al momento de estar al frente de un combate o las consecuencias podrían ser terribles.
Las acciones realizadas por estas brigadas y las coordinaciones en el ámbito regional de las instituciones que se integran con el propósito de implementar las estrategias de prevención y respuesta, han permitido la recuperación de más de 10 mil hectáreas en los últimos años, en beneficio de miles de especies animales del sector y la preservación del paisaje.
Julio Pineda, coordinador de la Zona de Amortiguamiento de la RBM del Conap, y bombero forestal, comenta que una de las principales estrategias de mitigación que realizan las cuadrillas de la unidad de incendios forestales de la citada entidad son las brechas cortafuego para eliminar material combustible que puede servir como conector de llamas entre dos puntos.
En San Miguel La Palotada, municipio de San José, la estrategia de mitigación se ha realizado de 2021 a 2023, con el objetivo de procurar la conservación de un aproximado de 4 caballerías de bosque y áreas de recuperación.
Actualmente, el departamento de Petén cuenta con un capital humano excepcional. Más de 100 brigadistas se dedican a la conservación, monitoreo y capacitación, para lograr un control adecuado de los incendios forestales.