El inicio del ciclo lectivo 2023 marcha sobre ruedas. El sistema no solo alcanza uno de sus máximos históricos de inscripciones, sino que hace gala de una coordinación sin precedentes entre la comunidad educativa, la que incluye a estudiantes, maestros, padres de familia, comunidad internacional, sector privado y autoridades del Ministerio de Educación.
Ese espíritu solidario que mueve a quienes velan por el proceso de enseñanza-aprendizaje le ha permitido al Gobierno generar las condiciones necesarias para atender a los estudiantes.
Uno de los retos más importantes e inmediatos que se tenía era la entrega puntual de los
llamados programas de apoyo a la educación, los cuales han sido bastión determinante para evitar la deserción. En ese sentido, conviene afirmar que el Gobierno no solo ha cumplido con el compromiso asumido, sino que ha rebasado las expectativas, dada la calidad de los insumos.
La alimentación escolar sigue siendo punta de lanza de la Gran Cruzada Nacional por la
Nutrición, mientras que el seguro médico, la gratuidad y los útiles han permitido fortalecer las condiciones que requiere un proceso educativo de alto nivel.
En este sentido, conviene aludir otros aspectos que algunas veces pasan desapercibidos para los ciudadanos, como lo son las condiciones y las facilidades que se ofrecen para que los adultos regresen a las aulas. Ejemplo de ello son los llamados programas extraescolares, que permiten el cierre de primaria, secundaria y diversificado.
Promover e incrementar el conocimiento es un desafío asumido por el Gobierno, que considera que el camino a la prosperidad y al desarrollo individual y colectivo pasa por la enseñanza.
“Si queremos tener un mejor país debemos apostar por la educación, una que forme y prepare a los jóvenes para la vida”, expresó el jefe de Estado en uno de sus discursos iniciales como
mandatario, convicción que ha afianzado e impulsado durante su administración.