Asus 17 años, mientras cursaba el último año de carrera de Secretariado Bilingüe, Mariela Elizabeth López Morales recibió un diagnóstico que le cambió la vida, una insuficiencia renal crónica la llevó a perder sus dos riñones.
Con varios meses de hemodiálisis, Mariela se aferraba a una oportunidad, la cual le llegó en el Hospital General San Juan de Dios, donde la intervención del nefrólogo Manuel Toledo le
permitió optar a un trasplante.
A su auxilio llegaron sus padres, quienes se realizaron los exámenes correspondientes. “El riñón fue donado por mi mamá, al tener más del 90 por ciento de compatibilidad. Es una alegría muy grande porque ya no se sufrirá o dependerá de una máquina. Mi mamá me dio la vida y me la volvió a dar”, expresó la beneficiaria.
El diagnóstico fue emitido en agosto de 1994, el 2 de febrero de 1995 recibió el trasplante y, en la actualidad, a sus 46 años, Mariela es comerciante y comparte la vida con su madre y su hija, de 24.
“La mejor noticia fue la fecha de la operación.” Mariela Elizabeth López Morales Receptora del riñón
Cada 27 de febrero se rememora el Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos; uno de ellos, el renal, permite a los pacientes desarrollar sus actividades cotidianas normales como trabajar y estudiar.
El primer trasplante de fuente viva (persona viva donante) en Guatemala se practicó en 1992, y el cadavérico (donaciones de enfermos con diagnóstico de muerte cerebral y autorizado por la familia), se efectuó en 1996.