El Salvador recibió en 2022 un total de US $126.7 millones en remesas mediante billeteras de criptomonedas, el 1.63 por ciento del total de estas divisas, según registros del Banco Central de Reserva (BCR).
Estos datos acompañan a la baja aceptación que el bitcóin, adoptado como moneda en septiembre de 2021, ha tenido entre la población, mientras que expertos han señalado su limitado impacto en la economía salvadoreña.
Las cifras del BCR indican que entre enero y diciembre de 2022 ingresaron al país US $7741.9 millones en remesas familiares, de las que US $126.71 millones se dieron mediante las billeteras digitales.
El economista Ricardo Castaneda, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), refirió ayer que este nivel de uso refleja que la gente vio “las implicaciones que tenía enviar remesas en un criptoactivo tan volátil”, y recordó que el año pasado “este activo perdió casi el 60 por ciento de su valor”.
“La población decidió y prefirió enviar todas sus remesas en dólares.” Ricardo Castaneda Economista
Agregó que “la población decidió y prefirió enviar todas sus remesas siempre en dólares”, agregó y señaló que un escenario contrario hubiese tenido “implicaciones para toda la economía.
El Congreso, a petición del Gobierno del presidente Nayib Bukele, aprobó que el bitcóin se convirtiera en moneda de curso legal desde septiembre, siendo El Salvador el primer país del mundo en tomar esta decisión, con el mandatario como el principal impulsor.
Impacto
Castaneda sostuvo que “los datos reflejan que la economía salvadoreña fue la que menos creció” en Centroamérica y, a su juicio, uno de los factores fue que la inversión privada extranjera “fuera muy poca”.
“Lejos de que la adopción del bitcóin trajera algún tipo de beneficio, lo que trasladó fueron implicaciones especialmente asociadas al acceso al financiamiento”, dijo, e indicó que el perfil de riesgo de El Salvador fue “muy alto” en 2022 y que una de las razones que “explicaba ese perfil era la adopción del bitcóin”.
El experto subrayó que esta decisión “no mostró un cambio significativo en la atracción de inversiones” y que “lejos de ser una respuesta a los problemas estructurales de la economía salvadoreña, se ha convertido en parte de esos problemas”.
De acuerdo con el BCR, al cierre de 2022 la economía salvadoreña crecería un 2.8 por ciento, mientras que en 2023 se espera que se expanda entre un 2 y 3 por ciento.