Como en la medicina, la prevención resulta un elemento clave en la seguridad ciudadana. Propiciar las condiciones sociales que fortalezcan la tolerancia y el respeto traerán consigo la construcción de naciones alejadas de la violencia y el delito.
El esfuerzo que implican estos ejercicios de prevención es agotador, pero necesario en
países que aspiran a alcanzar altos niveles de seguridad ciudadana.
Enseñar a respetar a padres, familiares, amigos y vecinos es el primer paso en la formación de ciudadanos identificados con el resguardo de los derechos individuales y colectivos. Inculcar y promover el diálogo es el camino que lleva al desarrollo y la prosperidad de los países.
Las reflexiones anteriores permiten valorar el trabajo realizado por la Policía Nacional
Civil (PNC). De acuerdo con información de esta institución, en enero de 2023 se ejecutaron 2889 acciones de prevención de la violencia.
El plan, claro y concreto, incluyó actividades interculturales, multiétnicas y deportivas con enfoque de género. De igual manera, implicó la habilitación de espacios públicos para la recreación, las artes y la cultura, aunque, sobre todo, buscó la convivencia y la competencia
sana y formativa.
El combate de la violencia es una tarea constante que requiere de estrategias valientes y novedosas, pero, en especial, del apoyo de todos los sectores. Alejar a los pequeños de actividades que van contra su estabilidad física y emocional es una tarea que requiere la intervención de los padres y del acompañamiento de las autoridades.
Promover el respeto y el diálogo como una forma de vida es apostar por una nación más segura. Debemos recordar que, así como nadie puede buscar la paz por medio de los golpes, ningún país puede vivir en tranquilidad sin ciudadanos solidarios con las ideas, aspiraciones y sueños del prójimo.