José María García-Mina
Investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente
En este contexto, una posible aproximación para un nuevo planteamiento de la fertilización de las plantas podría ser la preparación de fertilizantes cuya capacidad de aportar nutrientes asimilables para las plantas no esté gobernada por su solubilidad en agua, sino por su capacidad de reaccionar con las compuestos segregados por las raíces de las plantas como expresión de sus necesidades nutricionales.
De esta forma, el aporte de nutrientes por parte del fertilizante se adaptaría mejor a las necesidades de las plantas, reduciéndose así en gran medida las pérdidas de nutrientes por inmovilización en el suelo, o por lavado-filtración por acción del agua procedente del riego o de la lluvia.
Nuestro grupo de investigación lleva trabajando esta última década en el desarrollo y optimización de este planteamiento. Comenzado con la tesis doctoral del Dr. Javier Erro, profesor de la Facultad de Ciencias e investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra, se ha proseguido en la profundización de los mecanismos a nivel molecular y metabólico que gobiernan lo que hemos denominado activación del uso eficiente de los nutrientes mediante la utilización de fertilizantes especiales.
Es cierto que este nuevo planteamiento exige un cambio de mentalidad en el mundo agrícola.
De hecho las patentes generadas han sido implementadas a nivel industrial y comercial, existiendo productos que fundamentan su acción en este nuevo principio.
En este contexto, es fundamental también entender como la interacción de las plantas con los microorganismos presentes en el suelo coopera en la mejora de los modos (mecanismos) específicos de la planta implicados en el uso eficiente de nutrientes.
Nuestros estudios, así como estudios realizados por otros grupos, ponen de manifiesto que además de proporcionar nutrientes a las plantas, algunos microorganismos son capaces de potenciar la capacidad de la planta para optimizar el uso de los nutrientes asimilados en el sentido de producir el mayor rendimiento por unidad de nutriente asimilado.
Este hecho es muy relevante y nos habla de la complementariedad entre el uso de estos fertilizantes especiales, que liberan los nutrientes con un ritmo que se adecua a las necesidades de la planta, con la aplicación de microorganismos específicos que podrían trabajar conjuntamente con el fertilizante.
Es cierto que este nuevo planteamiento exige un cambio de mentalidad en el mundo agrícola tanto a nivel de los productores de fertilizantes como de los agricultores y legisladores, pero constituye una alternativa consistente con un planteamiento sostenible de la agricultura dentro del respeto por el medioambiente y los ecosistemas naturales.