Consejo Editorial Conadi
El 27 de enero se conmemoró el día en memoria de las víctimas del Holocausto, establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con el objetivo de rendir tributo a las víctimas del Holocausto y ratificar el compromiso de lucha contra el antisemitismo, el racismo y la discriminación.
En Guatemala, la Embajada de Israel, varias instituciones y organizaciones dieron relieve a esta fecha, relacionada con la persecución y asesinato del pueblo judío en el siglo XX.
Sin embargo, entre los millones de víctimas, también hubo romaníes y otros grupos vulnerables, entre estas personas con discapacidad y enfermos incurables, considerados por Hitler como una amenaza para la genética, no acorde al concepto de una raza superior.
La guerra fue la oportunidad del movimiento Nazi para echar a andar el programa T4 o de Eutanasia, una segunda línea de exterminio.
Se estima que alrededor de 200 mil personas murieron de esta manera.
Según narra la enciclopedia del Holocausto del Museo del Holocausto en Estados Unidos: “Las personas con discapacidad física y mental eran menospreciadas, consideradas una amenaza para la pureza genética aria”. La práctica de exterminio consistió inicialmente en que los médicos y enfermeros descuidaban a los pacientes, quienes morían por
inanición.
Más tarde, surgieron especialistas que visitaban los hospitales y decidían quién iba a morir. Los pacientes seleccionados eran enviados a centros de exterminio donde se les aplicó inyecciones letales o eran ingresados en cámaras de gas.
Gran parte de la población desconoce el Holocausto y más aún la invisibilización de programas como el T4 durante la Segunda Guerra Mundial, que tenía como fin la eliminación de personas con discapacidad.
Fueron las denuncias del clérigo sobre estas atrocidades contra referida población que obligaron a Hitler a ponerle fin a esta práctica. Se estima que alrededor de 200 mil personas murieron de esta manera.
Traer a la memoria estos actos crueles tiene el propósito de evidenciar la discriminación y exclusión que han vivido algunas poblaciones. Todo tipo acciones reivindicativas, la promoción y garantía del ejercicio pleno de los derechos es una práctica que debe cumplirse en su memoria y tener presente que este tipo de atrocidades jamás deben volver a ocurrir.